Las narrativas escolares sirven para aprender a mirar las situaciones del aula de una manera estructurada. En la siguiente narrativa, se describirá una situación observada en el aula en la que se está favoreciendo la competencia cultural y artística (competencia lecto-literaria).
Durante mi periodo de prácticas en el instituto, presencié una actividad en el aula de 1º de ESO en la que, por grupos, tenían que hacer una exposición sobre el libro que habían leído para la asignatura de Lengua Castellana y Literatura, Coraline, de Neil Gaiman. En la exposición debían hacer un resumen de la obra, hablar de los personajes, del espacio y el tiempo en el que transcurre la acción y realizar una valoración personal del libro.
Las exposiciones estaban programadas para que expusiese un grupo en cada sesión. El grupo de alumnas a las que vi preparó una presentación en Power Point y, además, dispusieron una serie de actividades sobre el libro para que el resto de la clase realizara tras la exposición. Ellas mismas organizaron equipos para que respondiesen a las preguntas a modo concurso, y premiaron con chucherías al equipo ganador. Tras la exposición, es el propio grupo de clase, además de la profesora, quienes valoran y califican la presentación de las compañeras. La profesora indicaba al grupo cuáles eran los aspectos que debían evaluar, referentes al contenido y a la forma de la exposición.
El objetivo principal de la actividad era que el alumnado leyese el libro, lo comprendiese y fuese capaz de aplicar una mirada crítica sobre la lectura. De esta manera, esta actividad está encaminada a desarrollar el hábito lector y la competencia lectora y literaria.
La docente que impartió esta actividad es maestra de formación y esto se podía reflejar en la metodología de enseñanza-aprendizaje que utilizaba. Sus procedimientos impartían al alumnado disciplina a la vez que motivación. Las alumnas se sentían cómodas y motivadas con la actividad, se esforzaron en la preparación de su presentación y en traer actividades y premios para que el resto del grupo disfrutase y aprendiese de la misma. Asimismo, las valoraciones que hicieron el grupo y la profesora fueron muy positivas.
La única dificultad que se presentó al alumnado durante la actividad fue que algunas personas de la clase no habían terminado de leer el libro en el plazo programado, por lo que estas personas no pudieron seguir la actividad con normalidad. Aun así, se les integró en uno de los equipos para realizar los ejercicios finales y se les permitió que valorasen la presentación de las compañeras.
Los objetivos de la actividad fueron alcanzados por la mayoría de la clase. Salvo pocas excepciones, todo el grupo leyó el libro. El grupo que realizó la exposición tuvo que leerlo para poder realizarla y el resto también lo había leído, pues fueron capaces de realizar las actividades sobre la lectura que se propusieron tras la presentación. Asimismo, con la realización de la exposición el grupo demostraba haber comprendido la obra y ser capaz de criticarla y valorarla. Esto podría comprobarse con cada uno de los grupos que realice la exposición.
Asistí también a algunas de las sesiones previas a la exposición sobre el libro en las que se hacía lectura en voz alta en clase y ejercicios de velocidad lectora. De esta manera, la docente se aseguraba de que el alumnado fuese siguiendo los plazos indicados para la lectura del libro.
Como se ha indicado más arriba, la única dificultad perceptible fue que algunos de los alumnos lo habían leído el libro para el día de la exposición. Fueron ellos mismos quienes lo confirmaron, tras no poder realizar las actividades que habían preparado las compañeras. La gran dificultad que conllevan siempre las lecturas en las asignaturas de lengua es que no todo el grupo sigue los plazos, o no todos se sienten cómodos con la presión que genera tener que leer un libro en plazos marcados, o quizás no les gusta el libro que se ha mandado y que es obligatorio. A los pocos alumnos que no lo habían leído podría haberles ocurrido cualquiera de esas posibilidades.
Por último, considero importante destacar que esta actividad fue posible gracias a que se trataba de un grupo de desdoble muy reducido. En un grupo más amplio, hubiese sido muy difícil que cada uno de los grupos de trabajo dispusiese de una sesión entera para llevar a cabo su exposición, realizar actividades sobre ella y recibir una valoración inmediata.
Para el alumnado que ha alcanzado los objetivos, hay que pensar en cómo continuar desarrollando su hábito lector. La actividad propuesta no la modificaría, pero sería conveniente proponer algunas actividades posteriores.
1) Seguir desarrollando el hábito lector del alumnado, con el objetivo de que lleguen a leer por voluntad propia. Para ello, se les pueden proponer o recomendar lecturas que sean más acordes a sus intereses personales, habiéndoles preguntado por los mismos previamente.
2) Otra opción es ir un paso más allá. Ahora que ya han leído, es hora de que creen sus propias historias. Se puede iniciar realizando textos más sencillos, como los microrrelatos, o proporcionándoles algunas herramientas informáticas que facilitan la creación de historias de una forma muy visual, como Storybird. Así se fomentará, además de la lectura, la escritura y la creatividad del alumnado.
Para el alumnado que ha tenido dificultades, que en este caso han sido siempre la no lectura del libro, modificaría en esta actividad la obligatoriedad de una sola obra. Propondría al menos tres opciones de lectura de varias temáticas para que al menos una pueda acercarse a los intereses de cada alumno o alumna. También es una buena opción dedicar horas de lectura obligatoria en el aula.
El uso de las TIC en esta actividad se limitó a la preparación de una presentación de Power Point por parte de las alumnas que realizaban la exposición. La exposición no hubiera sido posible sin la presentación digital en la que se apoyaban las alumnas, pero no hicieron un uso innovador de las TIC: utilizaron la herramienta más común para realizar presentaciones.
La realización de una presentación en Power Point es una buena opción de actividad tras la lectura de un libro y para comprobar que lo han leído y lo han comprendido, pero hay otras formas de alcanzar los mismos objetivos a través de otras herramientas digitales que les pueden resultar más atractivas y que pueden proporcionar mejores resultados, como puede ser la realización de un booktrailer o un booktuber. De esta manera también se puede comprobar que el alumnado haya leído el libro y lo haya comprendido, mientras que se trabaja su competencia digital y su creatividad. El uso de las TIC también ayuda a que el alumnado esté más motivado de cara a la realización de actividades escolares.
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