Pues no conozco muy bien el contexto literario
actual de los adolescentes, además tampoco me interesé en esa literatura (LIJ) cuando
me tocaba y solo conozco lo que he aprendido en una asignatura del máster de
profesorado. Pero vaya, que sí que sabría parte del contexto literario de mis hijos
(si los hubiera o hubiese). Me imagino que se adentrarían en mundos como aquel
en el que se regía por anillos de poder. Mundos de fantasía en los que escucharían los mitos sobre los Primigenios y aprenderían a invocarlos. Mundos en los que cerdos y niños huyen de criaturas del bosque, como de los licántropos. Se
atreverían incluso a ir al centro de la tierra o a hacer largos viajes en
submarino como ya hizo su padre. Además, aprenderían lo importante que es tener
un compañero para enfrentarse a nuestras cruzadas particulares o para descifrar
el misterio más complicado mientras se aficionan al violín (espero que no le den al tabaco en pipa ni en ninguna otra forma). Sin contar claro con la infinidad
de gestas y batallas que ellos descubrirán y en las que me harán partícipe a
mí. Eso sí que sería una verdadera alianza y no las del Imperio austro-húngaro.
Incluso podrán a lo mejor llegar a comunicarse con cuervos. Pero sabrán que, llegado
a ese punto, nunca se volverían locos, pues la fuerza será intensa en ellos.
El lenguaje inclusivo en el aula La facultad humana del lenguaje va más allá de permitirnos comunicarnos y expresar nuestros pensamientos. El lenguaje no es una creación de las personas, sino una construcción social e histórica, y como tal, condiciona nuestro pensamiento y determina nuestra cosmovisión. A su vez, el lenguaje crea nuestro pensamiento, crea la realidad e influye en ella. A través del lenguaje, nombramos la realidad, pero también la construimos, la reinterpretamos y la resiginificamos simbólicamente. Si el lenguaje influye en la percepción, los comportamientos y las actitudes de las personas, un uso sesgado del lenguaje, condicionado por una realidad desigualitaria, perpetuará una realidad sesgada. Si existe un sexismo lingüístico es porque existe el sexismo social, marcado por el patriarcado profundamente instalado como sistema de dominación. La teoría feminista ha demostrado que las desigualdades de género se reproducen y se legitiman a través del lenguaje, sirvi
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