Querida “yo” del pasado:
Te envío este correo electrónico para informarte y tranquilizarte sobre cómo te vas a encontrar la educación en el 2030. Como ya nos imaginamos en el presente, la tecnología ha inundado las aulas. Ya no existen los libros de texto, tampoco los apuntes en papel y boli y, por suerte, el profesorado ya no “suelta rollos” a los alumnos, ni tampoco estos memorizan datos absurdos.
No se aprende memorizado, sino entendiendo. Este concepto ya lo teníamos claro en el 2018, pero estoy orgullosa de comunicarte que dentro de 12 años es una realidad. Todo el mundo tiene acceso a internet, por lo que todo el mundo tiene acceso a los datos. Y, lo que funciona es enseñar a usar esos datos para transformarlo en algo útil, o por lo menos intentar que el alumnado lo vea así. A ver, no te voy a engañar, todavía hay despistados, desganados y desmotivados, pero eso es algo que, seguramente, no vaya a desaparecer nunca. Sin embargo, el avance ha sido milagroso. Los alumnos ya no se lo juegan todo a una carta (el examen), sino que van trabajando día tras día y se les evalúa por todo el trabajo; por fin hemos aprendido que todos podemos tener un mal día y no es justo que se nos juzgue solo por ese día.
Uno de los motivos por los que esto se ha podido llevar a cabo es porque, por fin, ha habido un cambio en la política. Han decretado la Ley de Educación como única e inamovible y, ningún partido político puede modificarla a su antojo, por lo que se ha estabilizado y todos vamos cumplir los mismos objetivos. Además, los responsables que la han consolidado son profesores, maestros y especialistas que han dedicado su vida al estudio de las mejoras y evolución de la Educación. Alégrate porque nos libraremos, de momento, de ignorantes que no tienen ni idea de cómo hacer que funcione la enseñanza.
Como habrás comprobado a lo largo de esta carta, la Educación mejora mucho, algo que parecía imposible en tan poco tiempo.
HAY ESPERANZA, HAY FUTURO.
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